sábado, 28 de mayo de 2011

Unidad Didáctica Federico García Lorca

La Unidad Didáctica, que he escogido es sobre Federico García Lorca, un poeta, dramaturgo, y prosista español, también conocido por su destreza en muchas otras artes. Adscrito a llamada Generación del 27, es el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura del siglo XX.

Durante mi periodo de prácticas pude observar que los alumnos de Sexto de Primaria, ya le conocían y sabían algunas obras. Por lo que decidí realizar la Unidad Didáctica sobre este autor.

Los objetivos que se pretenden alcanzar con esta unidad son los siguientes:

- Acercar los estudiantes a la figura de Lorca por medio de su vida y su obra.
- Fomentar el gusto por la poesía, la música y el teatro.
- Utilizar la expresión artística como fuente de comunicación.
- Desarrollar estrategias de compresión y memorización léxicas.
- Fomentar la creatividad plástica y literaria.
- Valorar la importancia de la pronunciación, el ritmo y la entonación en la expresión oral.
- Conocer, comprender y leer parte de la obra poética de Lorca adaptada a la edad de cada alumno.
- Apreciar y valorar la calidad poética de Lorca y disfrutar con el recitado e interpretación de algunos textos escogidos.
- Producir sencillos textos emulando otros muy conocidos del autor.

Si queréis que os envié la Unidad Didáctica, me podéis escribir un comentario o un correo y se os enviara.

Traductor, ¿traidor?

Las paredes de la Biblioteca Nacional de España acogieron anoche, con la colaboración del Ministerio de Cultura, el coloquio entre Mauro Armiño, Premio Nacional 2010 a la mejor Traducción, y Adan Kovacsics, Premio Nacional a la Obra de un traductor.

En el encuentro entre los galardonados y los asistentes, se debatió la teoría de la traducción, tal como se entiende actualmente, y las dificultades de trasmitir un texto desde su lenguaje original a otras lenguas. Ambos han coincidido en que la traducción responde a multitud de problemas lingüísticos, epistemológicos y de género literario (poesía, narrativa o teatro).

Adan Kovacsics, autor de traducciones de clásicos alemanes de los siglos XIX y XX de la Filosofía, incidió en el mal trato cultural a la que está expuesta la traducción en el mundo de las artes, ya que, según él, "en muchas de las fichas técnicas de los libros se ve el título, la editorial, el número de páginas, año de publicación, pero nunca el traductor". Y recordó que el traductor no es un intermediario que tergiversa una obra original para ofrecer una versión posible en un idioma diferente, porque "no atiende ni a gustos ni a preferencias, al igual que no hay ninguna clase de interpretación subjetiva ni pulsaciones emocionales que afecten al significado del texto", apuntó. Defiende con ímpetu su profesión, a la que define como un bien indispensable de la cultura universal. "Gracias a nosotros la literatura se comunica con los corazones de los lectores, enriquecemos la obra original mediante la aportación que le otorga la lengua que yo le doy", ha manifestado.

Por el contrario, Mauro Armiño autor de la versión completa de 'A la busca del tiempo perdido' de Marcel Proust, ha defendido que para comprender un texto en su plenitud hay que ser capaz de impregnarse con su significado. "Primero hay que comprender y después interpretar". Especializado en la traducción de poesía, ha señalado que "los grandes poetas respiran su propio lenguaje", y que son especialmente complicados de traducir, porque "en un poema hay que respetar los puntos y las comas aunque no atiendan a concordancias sintácticas". Y "es que el traductor de poesía, además de políglota, es necesariamente un poeta". Es partidario del empleo de un lenguaje llano y sencillo, pero que respete la autonomía del texto. Ha criticado con acritud a autores de la talla de Azorín, uno de los estandartes literarios de la Generación del 98, por su estrambótico uso del idioma. "Es un gran escritor que nadie lee porque exige al lector tener un diccionario en la mano, debido a las rebuscadas palabras que utiliza".

En ocasiones, las relaciones entre un escritor y un traductor son conflictivas por la arrogancia de algunos escritores que desdeñan la labor del traductor al considerarla un género menor. Y, sin embargo, traductores han sido escritores como Vladimir Nabokov, José Bianco, Alberto Guirri y Octavio Paz. Este último afirmó que "por una parte, la traducción suprime las diferencias entre una lengua y otra, mientras por otra las revela más plenamente".

Mauro Armiño y Adan Kovacsics han admitido que "es verdad que hay escritores un poco especiales que nos dificultan nuestra labor; preferimos traducir sin interferencias de los autores". Armiño añadió una excepción: Pierre Klossowski, filósofo francés fallecido en 2001, que "era un genio muy divertido y cercano", al que le tradujo 'Tan funesto deseo'. Y es que estos escritores en la sombra dan vida a la literatura y al castellano.

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/05/27/cultura/1306483298.html

jueves, 19 de mayo de 2011

Un cero en oratoria

Con independencia de saberse la lección o no, cuando a un adolescente le llaman a la pizarra le embarga el pavor escénico. Es más que habitual que el reo esquive entonces la mirada, juegue con el boli, cruce los brazos, se atuse el pelo nerviosamente y no encuentre las palabras adecuadas para hacerse entender, sea gritando o para el cuello de su camisa. Veredicto: un cero en oratoria. La mayoría de los españoles -de la quema no se salvan tampoco los adultos- no controla ninguno de los tres tipos de lenguaje: verbal (palabra), gestual o paraverbal (voz). Cuesta hasta levantar la mano para preguntar en clase. "Nos puede el sentido del ridículo y no hay que tenerlo. Hablar es algo natural y hacerlo delante de mucha gente no cambia las cosas", asegura la periodista Mónica Pérez de las Heras, que imparte cursos a profesionales. "No gestionamos bien el lenguaje, delegamos en el subconsciente. Decimos una cosa de palabra pero, a lo mejor, lo contrario con los gestos", prosigue.

"Hay que aprender a controlar la inteligencia emocional desde pequeños. Por ejemplo, en la guardería, trabajando la empatía. En Estados Unidos, a los 11 años los niños exponen en clase, debaten y cuando llegan a la Universidad ya están preparados", sostiene Pérez de las Heras, autora de ¿Estás comunicando? y El secreto de Obama. "Los niños ven como un castigo salir a la pizarra y, por eso, para habituarles, deberían de explicarse delante de ella desde los tres años", añade Miguel Gómez-Aleixandre, profesor del club de debate del CEU-San Pablo. Manuel Sánchez-Puelles, ganador de varios concursos hablados, también apuesta por la edad temprana: "Los niños no tienen vergüenza y hay que aprovechar ese momento para que expresarse en público les parezca una cosa natural".

En Italia y Francia abundan los exámenes orales en secundaria y pasan una prueba en Selectividad. En España, a partir del próximo año, existirá un examen oral en lengua extranjera para acceder a la Universidad, mientras los Gobiernos autonómos planean organizar campeonatos de debate. Tímidamente empiezan a celebrarse también en colegios, como el Balder (Las Rozas, Madrid) cuyos alumnos de 5º y 6º de primaria compitieron en su octava edición con tres escuelas. El tema a discutir: ¿reciclamos todo lo que necesita nuestro medioambiente? Cada equipo lo formaba un capitán, un documentalista y tres oradores.
"Una cosa es repetir como un papagayo lo que has aprendido en un examen y otra convencer al público construyendo un discurso que se va cambiando si se necesita", diferencia Adolfo Lucas, coordinador de las mesas de debate en la Universidad Abat Oliba CEU y autor de El poder de la palabra. "Desde el momento en el que el niño tiene una base de lectura y escritura, cuando uno es capaz de expresarse, debe aprender persuasión".


Oratoria no es una asignatura obligatoria en las universidades españolas, "pero lo será a medio plazo porque Bolonia impulsa estas habilidades y capacidades", asegura Gómez-Aleixandre, coordinador del campeonato Inter CEU. Cada vez más universidades ofrecen clases complementarias. Entre esa red también se organizan torneos en los que se enfrentan conjuntos de dos a seis personas. "Te proponen dos temas y tienes 20 días para preparar la postura a favor y en contra. Un minuto antes, te enteras de qué vas a debatir y en qué lado estás", cuenta Sánchez-Puelles.

Este licenciado en Derecho y Ciencias Políticas venció en pareja el torneo Pasarela y le llovieron las ofertas de trabajo. Por algo lo patrocinan las grandes consultoras y los despachos de abogados, que encuentran un excelente nicho de nuevos empleados entre sus 120 participantes. "Tuvimos que prepararnos dos preguntas: ¿debe haber un tope en la retribución a los grandes directivos? y ¿beneficia a la educación española el plan Bolonia? Creo que les convenció la falta de miedo al exponer y el conocimiento profundo del tema", concluye.

Al menos, los resultados del estudio europeo Reflex sobre competencias de los egresados demuestran que los españoles son conscientes de su incapacidad "de presentar en público productos, ideas o documentos". Se califican con un 4,7. Tan solo se reconocen peores en idiomas.

http://www.elpais.com/articulo/educacion/cero/oratoria/elpepusocedu/20110516elpepiedu_1/Tes

lunes, 9 de mayo de 2011

Relámpagos para merendar

"Salamanca le da de comer a mis hijos. Y los cuentos les dan de merendar". Para Miguel de Unamuno, icono del intelectual vehemente y melancólico, el relato corto fue una importante fuente de ingresos y también un terreno para medir su pulso literario. Padre de nueve hijos, justificaba así el asunto práctico: "Si por un cuento te dan cinco, seis u ocho duros, libres de gastos, ten por seguro que una novela 20 veces más extensa que él no te daría 100, 120 o 160 duros".


Pero más allá de las cuentas domésticas del viejo rector, los relatos fueron uno de sus más importantes campos de experimentación. "En los cuentos de Unamuno están todas sus ideas, la génesis de posteriores desarrollos, los núcleos del resto de su obra", explica Óscar Carrascosa Tinoco, encargado de la edición de cuentos completos que ahora publica Páginas de Espuma. Ochenta y siete relatos que suponen la mayor recopilación hecha hasta la fecha de su obra breve. "En definitiva", añade Carrascosa, "en los cuentos de Unamuno está todo Unamuno, su heterodoxia, todo su asistematismo, que llena de perlas sus relatos, y también toda su coherencia de pensamiento".


"Hasta ahora ninguna edición había recogido tantos", asegura el encargado de este libro que incluye relatos que a veces no superan las dos páginas y llevan títulos como Ver con los ojos, El héroe, ¿Por qué ser así?, El desquite, El que se enterró, Un cuentecillo sin argumento o Carbón, carbón. Eso sí, Carrascosa advierte: "La prudencia investigadora nos obliga a decir que podría aparecer alguno más en el futuro, pero a día de hoy es la primera vez que se reúnen todos". Entre los relatos, algunos (¡El amor es inmortal!) jamás se habían editado antes. "Este relato se publicó originalmente en la revista venezolana El Cojo Ilustrado el 1 de julio de 1901. Pero lo curioso es que 20 años después, Unamuno incluyó este relato en el capítulo VII de La tía Tula. Él solía decir que escribía a la que salga, pero no era verdad".


Unamuno publicó cuentos a lo largo de toda su vida en revistas y periódicos. En ellos ofrecía claves de su personalidad y de su pensamiento. La concisión del estilo, sus eternas preocupaciones filosóficas y la sátira social. "Era malhumorado, pero tenía humor, de ahí la bufotragedia, que está tan presente en sus cuentos como la meditatio mortis o la obsesión por la inmortalidad, la suya, claro", señala Carrascosa.


La publicación de los cuentos completos se suman a la serie de conferencias realizadas el pasado mes en la Fundación Juan March de Madrid por Jon Juaristi, que ultima una biografía sobre el autor de San Manuel Bueno Mártir y que desgranó durante tres jornadas la fascinante peripecia vital de este hombre que nació en Bilbao en 1868 y murió en Salamanca a finales de 1936, hace ahora 75 años. La última de las tres conferencias se centró en los meses finales del escritor (recogidos en el estremecedor Agonizar en Salamanca, el libro de Luciano G. Egido editado en 2006 por Tusquets) y que constituyen uno de esos puntos sin retorno en la historia de España. Unamuno -"aquella roca de resistencia y de rebeldía", señala G. Egido- moría acosado por ambos bandos y, como dijo Ortega, por causa del "mal de España". Un mal que Juaristi empieza a detectar cuando años antes, en su destierro a la isla de Fuerteventura por sus críticas a la dictadura de Primo de Rivera, Unamuno, que esperó sin éxito el apoyo de las masas ("y obviamente no se movió nadie"), empieza a cuestionar su rol histórico: "Llega a Fuerteventura y el pueblo español no chista. Y él empieza a tener serias dudas sobre su papel en la vida española. Si se habrá equivocado al representar un papel político que se aleja de su verdadera función: agitador de espíritus a través del pensamiento y la literatura".


Aunque el latigazo mortal le llegaría después de famoso enfrentamiento a Millán Astray en la Universidad de Salamanca, sobre cuyas consecuencias hablaría en estos términos antes de morirse: "Estoy desesperado. ¿Usted piensa sin duda que los españoles luchan y se matan, queman las iglesias o dicen misas, agitan la bandera roja o el estandarte de Cristo porque creen en algo? ¡No! ¡No! Escuche bien, ponga atención en lo que voy a decirle. Todo esto sucede porque los españoles no creen en nada. ¡En nada! ¡En nada! Están desesperados. Ningún otro idioma del mundo posee esta palabra. El desesperado es el que ha perdido toda esperanza, el que ya no cree en nada y que, privado de la fe, es presa de la rabia".


"Hay que empezar a ver a Unamuno como una de las claves de la modernidad", señala Carrascosa. "Y sus cuentos son una llave para entender de verdad la crisis de la modernidad. La crisis de Unamuno es el epítome de la crisis moderna. Y es ahí donde se entiende su grandeza y desde ahí se establece su canon. Representa la gran figura del intelectual inconformista con todo, con el poder y consigo mismo, que por desgracia hoy se ha perdido".


Poética de lo breve


- Para el narrador, filósofo y poeta Miguel de Unamuno no existían las fronteras entre los distintos géneros literarios. Todos ellos le sirven para expresar una misma problemática intelectual:


- "Sí, tus obras mismas, a pesar de su aparente variedad, y que unas sean novelas, otras comentarios, otras ensayos sueltos, otras poesías, no son, si bien fijas, más que un solo y mismo pensamiento fundamental que va desarrollándose en múltiples formas".


- "El escritor que hoy quiere ser leído, lo repito, ha de saber fabricar píldoras, extractos, quintaesencias. La cuestión estriba en hacerlo de modo que sean agradables de tomar; en saber dorarlas".


- "Son, pues, no pocos cuentos novelas abortadas, con lo que a menudo ganan. Pero otras veces pierden. Y así un cuento que sea más que un núcleo de novelas, como cuento es imperfecto, como imperfecta es la novela que no sea más que un estiramiento de un cuento".